Según un nuevo análisis de la organización Save the Children, alrededor de 126 millones de personas –de las cuales casi tres de cada 10 son niños– viven en zonas propensas a huracanes en partes de Estados Unidos, América Latina, el Caribe y el este de Canadá.
Se espera que la tormenta tropical Alberto, la primera tormenta con nombre de la temporada de huracanes del Atlántico de 2024, toque tierra en el norte de México el jueves, provocando fuertes vientos y fuertes lluvias, y afectando potencialmente a más de 430.000 personas, incluidos 100.000 niños.
La temporada de huracanes en el Atlántico comenzó oficialmente este mes y se extenderá hasta finales de noviembre. Investigadores de la Universidad Estatal de Colorado (CSU) predicen 23 tormentas con nombre esta temporada, 11 de las cuales se convertirán en huracanes y cinco alcanzarán fuerza de huracán mayor (Categoría 3-5). Mientras que el Centro Nacional de Huracanes de EE.UU. predice que el Atlántico Norte podría sufrir hasta 25 tormentas con nombre y entre cuatro y siete huracanes importantes para finales de noviembre.
Este nivel de actividad es un 170% mayor que la temporada promedio de 1991 a 2020, según investigadores de CSU, debido principalmente a las temperaturas récord de la superficie del mar cálidas debido al cambio climático inducido por el hombre, el desarrollo de las condiciones de La Niña en el Pacífico, la reducción del Atlántico vientos alisios y menos cizalladura del viento.
Las tormentas que viajan a través de aguas oceánicas cada vez más cálidas atraen más vapor de agua y calor, lo que acelera la velocidad del viento y puede causar más daños si la tormenta toca tierra.
Los niños y las familias que viven en Haití son particularmente vulnerables en esta temporada de huracanes, con más de 578.000 personas desplazadas en lo que va del año mientras partes del país están invadidas por bandas armadas. El último gran huracán que azotó el país, el huracán Matthew en 2016, mató a casi 600 personas y dejó a más de 35.000 sin hogar. Varias regiones del norte de Haití ya se han visto afectadas por fuertes lluvias este año, que provocaron inundaciones y deslizamientos de tierra mortales el mes pasado.
A medida que la crisis climática intensifica la frecuencia y gravedad de los fenómenos meteorológicos extremos y las zonas costeras se vuelven más pobladas, millones de niños en zonas propensas a tormentas enfrentan mayores riesgos como inundaciones, deslizamientos de tierra, daños a hogares y escuelas, mayor exposición a enfermedades e incluso la muerte.
