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¿El cambio climático podría afectar nuestra esperanza de vida?

La respuesta rápida es sí, pero las acciones que tomamos para combatir el cambio climático pueden mejorar nuestras vidas también.

De acuerdo con el Yale Center on Climate Change and Health , el cambio climático representa el mayor desafío de salud pública del siglo XXI, y está profundamente relacionado con la esperanza de vida.

 Los efectos del cambio climático en la salud humana , tanto actuales como proyectados, aumentan la morbilidad y mortalidad por olas de calor, sequías, inundaciones, incendios forestales y otros desastres naturales, lo que reduce la esperanza de vida de las personas afectadas, además de los problemas de salud mental que representan.

 Además, el cambio climático está relacionado con un incremento en la incidencia de enfermedades transmitidas por alimentos, agua y vectores (animales como mosquitos que propagan enfermedades), así como con una mayor inseguridad alimentaria y desnutrición, afectando negativamente la salud y, por ende, la longevidad.

Los conflictos violentos derivados de la competencia por recursos escasos y el desplazamiento de personas debido a la subida del nivel del mar o la escasez económica también añaden presión sobre la salud global, contribuyendo a una reducción de la esperanza de vida.

Sin embargo, al abordar el cambio climático, se presentan oportunidades para mejorar la salud pública. Reducciones en las emisiones de gases de efecto invernadero y la mejora de infraestructuras de transporte activo (como caminar o andar en bicicleta) entre otras prácticas que podemos incorporar a nuestra vida diaria ; no solo mitigarían el cambio climático, sino que también traerían beneficios significativos para la salud, contribuyendo a una mayor longevidad y una mejor calidad de vida.

El cambio climático es, sin duda, uno de los mayores desafíos que enfrentamos en este siglo. Sin embargo, los científicos especializados en clima, incluidos los del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) , han señalado que, aunque el calentamiento global traerá graves consecuencias, no se espera que la humanidad desaparezca a causa de él. El más reciente informe del IPCC, que reúne las investigaciones de cientos de expertos en el tema, evalúa distintos escenarios posibles, todos los cuales presentan riesgos graves, pero la extinción no es uno de ellos.

El IPCC ha advertido que los impactos del cambio climático ya están superando las expectativas, con fenómenos como tormentas más intensas, olas de calor y sequías más severas. Las regiones más pobres y vulnerables, que han contribuido menos al cambio climático, son las que enfrentan las peores consecuencias. Las comunidades que carecen de los recursos necesarios para adaptarse corren el mayor riesgo de sufrir los impactos climáticos.

El cambio climático no implica la extinción de la humanidad, pero sí representa una amenaza urgente para millones de personas, especialmente las más vulnerables.

La verdadera pregunta no es si la humanidad sobrevivirá, sino cuántas vidas y comunidades verán colapsar sus medios de vida y su forma de existir. La respuesta depende de las decisiones que tomemos hoy y de nuestra capacidad para adaptarnos, de transformar hábitos que nos permitan mitigar los efectos del cambio climático, volviéndonos más resilientes a este clima cambiante.

Por último recordemos que nuestras acciones individuales pueden ser catalizadoras para las transformaciones colectivas.

Con información de: Yale Climate Connection y Alertatemprana.online