El informe de The Lancet Countdown Latinoamérica indicó que Ecuador, El Salvador, Guatemala y Honduras fueron los países donde más aumentó la mortalidad por la subida de temperaturas.
Para arribar a esas conclusiones se analizaron 34 indicadores que dan un panorama de cuál es la relación entre salud y cambio climático en la región.
En ese sentido, la mortalidad relacionada con el calor aumentó 140% si se comparan los periodos entre 2000-2009 y 2013-2022 y en ese marco, los países con mayor aumento son Ecuador (339%), El Salvador (230%), Honduras (204%) y Guatemala (202%). Mientras, los países con el menor aumento son México (67%), Argentina (59%) y Uruguay (27%).
Los indicadores – agrega- fueron construidos por 23 instituciones regionales y agencias de Naciones Unidas, y trabajados por 34 investigadores, quienes, además, crearon dos propios para la región.
En 2022, según el informe, la población estuvo expuesta a temperaturas ambientales, en promedio, 0,38°C más altas que en el periodo de 1986-2005, a pesar de que se estaba viviendo el Fenómeno de la Niña. Con un aumento de 1,9°C, Paraguay fue el país con el registro más extremo, seguido de Argentina (1,2°C) y Uruguay (0,9°C).
En tanto, entre 2013 y 2022, los niños y las personas mayores de 65 años – dos de las poblaciones más vulnerables ante el calor – estuvieron expuestos a un 248% y 271% más de días de olas de color, respectivamente, si se compara con el periodo entre 1986-2005.
El cambio climático está aumentando las enfermedades transmitidas por mosquitos, garrapatas y otros insectos. En la América Latina, el potencial de contagio del dengue, transmitido por el mosquito Aedes aegypti, aumentó un 54% desde el periodo 1951-1960 al periodo 2013-2022. Los mayores incrementos se registraron en Bolivia (145%), Perú (95%), Brasil (94,5%), Guatemala (70,4%), Colombia (65,8%), Ecuador (59,5%) y Paraguay (59,3%).
Además se indicó que el número de días en los que la población estuvo expuesta a un peligro de incendio muy alto o extremadamente alto aumentó en 11 de los 17 países entre 2001-2010 y 2013-2022. De todas maneras, el dato alentador es que la exposición a los incendios forestales disminuyó en todos los países, menos en Venezuela.
El informe considera como alarmante que en la región el sistema de salud ya está sobrepasado con los actuales retos sociales y medioambientales y que difícilmente está equipado para la carga adicional que suponen los impactos en salud asociados al cambio climático.
La financiación para proyectos de adaptación al cambio climático en América Latina también parece ir para atrás. En 2022, el Fondo Verde para el Clima solo aprobó 486 millones de dólares con este fin, lo que implica un 16% menos que en 2021.
El informe alerta que ninguno de los 109 centros urbanos examinados en América Latina tiene niveles de espacios verdes que se puedan clasificar como altos y superiores, y solo 12 centros (el 11%), tienen niveles moderados, cinco de ellos ubicados en Venezuela. Colombia, Nicaragua y Venezuela fueron los únicos países en los que espacios verdes en las ciudades aumentaron ligeramente desde 2015.
Aunque en la región las fuentes de energía renovable han ido creciendo – aumentaron un 5,7% en promedio entre 1991-2000 y 2011-2020-, también lo ha hecho la generación de electricidad a partir del carbón, con un aumento de 2,6% para el mismo periodo. Mientras en Sudamérica un 23% de la población aún no puede acceder a combustibles limpios para cocinar, en Centroamérica la cifra sube a 46%. En toda la región, además, el transporte por carretera se sigue alimentando en un 96% de combustibles fósiles y esto se traduce en muertes ya que la mortalidad prematura atribuible al material particulado 2,5 (PM2,5) se incrementó un 3,9% entre 2005 y 2020 en toda América Latina, lo que equivale a 123,5 muertes prematuras por millón de personas. Los países más afectados en 2020 fueron Chile, Perú, Brasil, Colombia, México y Paraguay.
