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Tenerife ensayó por primera vez un simulacro de erupción volcánica a gran escala

Cuatro años después de la erupción del Tajogaite en La Palma (2021), Canarias vivió un ejercicio inédito: el primer simulacro de amenaza volcánica de carácter integral realizado en España.

El operativo, coordinado en el marco europeo EU-MODEX Tenerife 2025, reunió a más de mil efectivos de emergencias y buscó medir, en condiciones reales, la capacidad de respuesta de instituciones y ciudadanía ante un escenario de erupción.

De la memoria a la planificación

La erupción de 2021 en La Palma obligó a evacuar a más de 7.000 personas, destruyó miles de edificaciones y dejó daños  económicos superiores a los 900 millones de euros. Esa experiencia marcó un punto de inflexión: los planes de emergencia volcánica debían dejar de ser documentos técnicos para transformarse en procedimientos probados y compartidos con la población.

Desde entonces, el Gobierno de Canarias, el Cabildo de Tenerife y la Unión Europea trabajaron en el diseño de un simulacro que integrara todos los niveles de gestión: mando y control, logística de evacuación, atención psicosocial, coordinación institucional y comunicación con la población.

La operación en detalle

El simulacro se desarrolló principalmente en un Garachico, municipio con fuerte simbolismo histórico tras la erupción de 1706. Desde primeras horas de la mañana se activó el Plan de Actuación Insular frente al Riesgo Volcánico (PAIV) en fase de prealerta.

A las 09:00 se envió la primera alerta simulada mediante el sistema ES-Alert, que interrumpió la señal de los teléfonos móviles en Garachico. Minutos después, el aviso se amplió a toda la isla. A las 12:00 se ensayó un confinamiento en El Tanque, con cierre simulado de accesos por gases volcánicos, y a las 13:00 concluyó la evacuación de Garachico. El operativo finalizó a las 14:00 horas.

Durante la jornada se probaron distintos escenarios:

  • Evacuación casa por casa, con especial atención a personas mayores y con movilidad reducida.
  • Registro y asistencia en albergues temporales, con carpas instaladas en el muelle viejo por Cruz Roja.
  • Uso de drones y equipos especializados para búsqueda de desaparecidos.
  • Atención a animales domésticos y coordinación de transporte colectivo.
  • Mando, control y cooperación

Más de mil profesionales participaron en el ejercicio, entre ellos efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME), Guardia Civil, Policía Nacional, Policía Canaria, bomberos, Protección Civil, personal sanitario y técnicos científicos del Instituto Geográfico Nacional y el INVOLCAN.

El operativo fue precedido por semanas de reuniones de coordinación, talleres y sesiones técnicas. Se aplicaron criterios de mando y control garantizando una estructura jerárquica clara, protocolos de interoperabilidad y una cartografía digital común para la toma de decisiones.

La población local también fue protagonista: vecinos participaron activamente en las evacuaciones y recibieron kits de emergencia familiar distribuidos en días previos. El Ayuntamiento de Garachico organizó charlas informativas y simulaciones sectoriales para reforzar la confianza y reducir la incertidumbre.

Comunicación y confianza

Uno de los ejes centrales fue la gestión de la información en tiempo real. El sistema ES-Alert permitió verificar la llegada de los mensajes a la mayoría de dispositivos móviles de la isla, con la indicación explícita de que se trataba de un simulacro. Autoridades y medios insistieron en el uso de canales oficiales para evitar rumores y confusiones.

La cobertura en directo por parte del Cabildo y medios locales (RTVC, RTVE, Diario de Avisos, entre otros) amplificó el alcance del ejercicio y convirtió el simulacro en un evento pedagógico para toda la ciudadanía.

Objetivos evaluados

El simulacro tuvo como metas principales:

  • Probar la efectividad de ES-Alert en distintos entornos.
  • Evaluar la coordinación de más de 1.000 efectivos bajo un mismo mando.
  • Medir la capacidad de evacuación real de un casco urbano complejo.
  • Ensayar la gestión de albergues y la atención a colectivos vulnerables.
  • Verificar la interoperabilidad entre instituciones locales, nacionales y europeas.

Primeros resultados y desafíos

Las autoridades valoraron positivamente la respuesta de la población y la coordinación interinstitucional. Entre los puntos de mejora que se observaron destacan la gestión del tráfico en accesos al casco urbano, la necesidad de reforzar la comunicación multilingüe y la atención psicológica durante la fase de alarma.

Un ejercicio replicable

El simulacro de Garachico marca un precedente para España y América Latina: demuestra que es posible integrar la planificación técnica con la participación ciudadana, y que los simulacros no deben limitarse a ejercicios de escritorio, sino convertirse en ensayos comunitarios reales.

El caso de Tenerife ofrece lecciones aplicables a otros territorios volcánicos y de alto riesgo:

Preparar con tiempo a la población mediante visitas casa por casa.

Coordinar bajo estándares internacionales de mando y control.

Incorporar herramientas digitales de cartografía y comunicación masiva.

Involucrar a medios, ayuntamientos y partidos locales para legitimar el proceso.

Más allá de la escenificación, el valor del ejercicio estuvo en construir confianza colectiva. La resiliencia no es un concepto abstracto: se entrena, se comunica y se practica. Tenerife dio un paso firme en esa dirección.