Las hojas y las ramas reducen la velocidad con la que la lluvia llega al suelo y las raíces ayudan a prevenir la erosión del suelo.
Una investigación realizada por la organización sin fines de lucro Climate Central ha estimado que los árboles ayudan a prevenir casi 400 mil millones de galones de escorrentía cada año en los Estados Unidos.
Durante los aguaceros, el agua de lluvia puede arrastrar la tierra y crear pequeños surcos en los patios y jardines. Además, puede saturar los sistemas de aguas pluviales, inundando las calles y aceras de la ciudad.
Pero hay una forma sencilla para que las ciudades y pueblos reduzcan el riesgo de inundaciones: plantar árboles .
Las hojas y ramas de un árbol absorben parte de la lluvia al caer, por lo que llega menos al suelo. Y lo que se filtra cae con más suavidad, en lugar de golpear el suelo y causar erosión.
Debajo del árbol, las hojas caídas y la vegetación también atrapan parte del agua, por lo que llega menos cantidad a los desagües pluviales de una sola vez.
Las raíces de un árbol también pueden ayudar. Al serpentear por la tierra, airean el suelo, lo que permite que más agua se filtre bajo tierra en lugar de acumularse en la superficie. Y al mantener el suelo en su lugar, ayudan a reducir la erosión durante las fuertes tormentas.
A medida que el clima se calienta, las fuertes lluvias se vuelven más comunes en muchas partes del país, por lo que el poder de los árboles para prevenir inundaciones es cada vez más importante.
Este artículo fue publicado originalmente por Yale Climate Connections
