Con 2024 en camino de ser el año más cálido registrado, los eventos climáticos extremos han causado estragos en todo el mundo. Su impacto ha sido particularmente devastador en áreas ya afectadas por conflictos o que albergan a grandes cantidades de personas desplazadas por la fuerza.
Un informe publicado por ACNUR en noviembre reveló que tres cuartas partes de las personas desplazadas por la fuerza viven en países fuertemente afectados por el cambio climático, mientras que la mitad reside en lugares impactados tanto por conflictos como por graves riesgos climáticos.
Muchas de las personas que han huido de los enfrentamientos corren el riesgo de ser desplazadas nuevamente por sequías e inundaciones severas.
Este fue el caso en Kenya, Burundi y Somalia entre marzo y mayo, cuando intensas lluvias azotaron África Oriental, inundando campamentos que albergan a refugiados y desplazados internos. También en mayo, más de medio millón de personas en el sur de Brasil fueron desplazadas por inundaciones, incluidos refugiados y personas que necesitan protección internacional provenientes de Venezuela, Haití y Cuba.
Este año, las catastróficas inundaciones también han afectado a personas desplazadas en Yemen, Sudán y en toda África Occidental y Central.
