Por Javier da Cunha
En el último año, las inundaciones en Valencia han destacado como una de las diez catástrofes climáticas más costosas del mundo, según el informe «Counting the Cost 2024: A Year of Climate Breakdown» de la organización benéfica Christian Aid. Este documento estima que las pérdidas económicas ascienden a 4.220 millones de dólares (aproximadamente 4.045 millones de euros), situando este evento entre los desastres climáticos más devastadores del año. Sin embargo, el impacto real trasciende las cifras: vidas perdidas, comunidades destruidas y una creciente desigualdad social. Ante esta realidad, surge una pregunta urgente: ¿Cuál es el verdadero costo de no hacer nada?
Las Consecuencias de la Inacción
El informe de la Cruz Roja titulado «El costo de no hacer nada»(Si quieren acceder clik aqui)complementa esta perspectiva al subrayar que cada euro no invertido en prevención y mitigación de desastres puede multiplicarse entre seis y diez veces en pérdidas cuando ocurre una emergencia. ¿Se podría haber invertido 4.000 millones de euros en prevención en Valencia? El problema radica en que la prevención no es visible si no pasa nada. El desafío está en mostrar cómo estos costos pueden reducirse significativamente mediante inversiones menores pero efectivas, evitando las enormes sumas que demanda la reconstrucción, además de los costos sociales y emocionales.
La falta de infraestructura adecuada para la gestión de aguas pluviales y la ausencia de estrategias efectivas exacerbó los daños de las lluvias torrenciales en Valencia, dejando a las comunidades vulnerables expuestas a un impacto desproporcionado.
Datos Alarmantes
- Costos Directos e Indirectos: Las inundaciones generan costos directos, como infraestructura destruida, y costos indirectos, como la pérdida de productividad y bienestar. Christian Aid destaca que las diez catástrofes climáticas más costosas de 2024 sumaron pérdidas por 238.770 millones de dólares (228.910 millones de euros).
- Impacto en la Economía Local: Según el diario El País, las inundaciones en Valencia devastaron sectores clave como el turismo y la agricultura. Los agricultores reportaron cultivos completamente destruidos, mientras que el turismo, un pilar económico regional, sufrió cancelaciones masivas.
- Cambio Climático y Frecuencia de Desastres: Los eventos climáticos extremos, como las DANAs (Depresión Aislada en Niveles Altos), son cada vez más frecuentes debido al cambio climático. Esto refuerza la necesidad de invertir en medidas preventivas y adaptativas.
El Llamado a la Acción
Ignorar los riesgos asociados con las inundaciones no es una opción. La gestión de riesgos no solo implica responder rápidamente cuando ocurre un desastre, sino también invertir en estrategias que minimicen su impacto. Estas incluyen:
- Infraestructura Resiliente: Construcción de sistemas de drenaje eficaces y barreras naturales para mitigar inundaciones.
- Educación y Preparación: Formación en medidas de autoprotección y planes de evacuación para las comunidades.
- Políticas Públicas Activas: Normativas urbanísticas que eviten construcciones en zonas de riesgo.
La inacción también tiene un costo político y moral. Cada día que pasa sin tomar medidas concretas es una decisión que prioriza el corto plazo sobre el bienestar futuro, poniendo en juego vidas humanas y el desarrollo sostenible.
Video creado por rtve sobre la importancia del impacto económico de este evento
Las inundaciones de Valencia son un claro recordatorio de los peligros de subestimar el cambio climático y los desastres naturales. Pero también representan una oportunidad para actuar. Los costos de no hacer nada son inaceptablemente altos, tanto en términos económicos como humanos. ¿Cuántas tragedias más serán necesarias para que tomemos en serio la prevención?
Invertir en la gestión de riesgos no es solo una cuestión de dinero; es una cuestión de responsabilidad y justicia social. Porque, al final del día, ¿de qué sirve el ahorro si nos cuesta todo lo demás?
